"El rezó - no era mi religión, / El odia - no era lo
que yo odio, / El habló - no era mi idioma, / El se vistió - no era lo que yo
vestía, / El tomó mi mano -no era el color de la mía, / Pero cuando él se rió,
era como yo me reía, / Y cuando él lloró, era como yo lloro."


domingo, 8 de noviembre de 2009

Pensamientos de Omraam Mikhaël Aïvanhov

"Los humanos aunque repitan que el dinero no trae la felicidad, confían demasiado en las adquisiciones materiales para ser felices: una casa nueva, un coche nuevo, un empleo mejor remunerado, un cargo de ministro o de presidente… Los primeros días, evidentemente, se alegran. Pero al cabo de algún tiempo, se ven obligados a constatar que les gusta menos, que necesitan de nuevo algo diferente. Solamente que los coches, las casas, los cargos honoríficos, no complacen al Cielo, y así pues se sienten siempre insatisfechos. Hasta el día en que comprenden que la verdadera alegría, la verdadera felicidad se encuentran en las adquisiciones del alma y del espíritu. Pero evidentemente, las adquisiciones del alma y del espíritu son de diferente naturaleza. Os paseáis y os alegráis de la belleza de la naturaleza, del sol, de las estrellas, de las montañas… No os pertenecen, pero os inspiran sentimientos, pensamientos, emociones. Y éstas son las únicas riquezas verdaderas que jamás dejarán de colmaros: las revelaciones que vienen a iluminar vuestro corazón y vuestra alma."
Buscad la luz antes de actuar
Lo primero que tenéis que hacer antes de lanzaros a una empresa de cierta importancia es recogeros, uniros al mundo invisible con el fin de disponer de las mejores condiciones para actuar. Cuando estamos confusos, desorientados, no cometemos más que errores, embrollamos las cosas o las destruimos, y esto es lo que ocurre a menudo: actuamos precipitadamente, a ciegas, y los resultados no son buenos. Para actuar correctamente, primero debéis buscar la luz. Por lo demás, lo mismo sucede en el plano físico: si un ruido, algo que ha caído y se ha roto, o alguien que ha entrado. . . os despierta por la noche, ¿acaso os precipitaréis en la oscuridad? No, sabéis que es demasiado arriesgado. Lo primero que haréis es encender una lámpara para ver, y luego actuaréis. Para cualquier cosa en la vida necesitáis primero encender la luz, es decir, concentraros, recogeros, para saber cómo debéis actuar”.
Vigilad siempre el primer movimiento
“Cuando emprendáis un nuevo trabajo, procurad estar calmados, concentrad toda vuestra atención en el primer gesto, en el primer movimiento, y haced lo con exactitud, sin errores. Repetidlo a continuación un poco más deprisa, y volvedlo a hacer hasta alcanzar el ritmo y la velocidad deseados: veréis que os parecerá cada vez más fácil, resultando totalmente impecable. Si desde el comienzo habéis sabido grabar la impresión adecuada, cualquiera que sean los gestos, los actos que tengáis que realizar, lograréis repetirlos siempre correctamente. Si hoy cometéis errores en algún aspecto, es porque en el pasado, sin daros cuenta, grabasteis en vosotros impresiones erróneas. Si no prestasteis atención al primer movimiento, al primer gesto, al primer contacto tomado con tal objeto o tal persona, cometisteis errores y ahora sufrís las consecuencias: las faltas se acumulan, se agravan con el paso del tiempo y se repiten hasta que no hayamos aprendido la prueba. Para superar una prueba hay que estar atentos y vigilar en cada momento todo aquello que hacemos”.
“Si estáis alterados o algo os ha perturbado recordad volver al silencio, reconectaros y practicar el -« Masticar » el aire para extraer de él la energía”.
"El estatus social, los diplomas, la cuenta bancaria, la casa, los vestidos, las joyas... Es en esto en lo que los humanos se fijan primero para formar una opinión sobre los demás. Esta actitud tan superficial no es evidentemente recomendable, pero sin embargo es un reflejo de lo que sucede en el plano espiritual. Ahí, aquél que es más rico, más hermoso, más grande y más fuerte que los demás en el terreno de las virtudes, merece que el Cielo le considere y se ocupe de él. Pero los humanos han olvidado este concepto de nobleza y de riqueza espirituales; han conservado criterios exclusivamente materiales, sin ver que estas formas del mundo de abajo reflejan las del mundo de arriba. Aferrándose exclusivamente en las apariencias físicas, han olvidado que la riqueza, la belleza, la grandeza y el poder materiales, son pálidos reflejos de un mundo infinitamente superior que deben esforzarse en alcanzar."
"La mayoría de la gente no se da cuenta que en ellos no existen más que contradicciones, luchas y discordia; o si sucede que se dan cuenta, lo aceptan como una fatalidad y no saben ni siquiera por qué es así. Sin embargo es muy simple: en ellos los tres poderes, del intelecto, del corazón y de la voluntad, no se hallan unidos para trabajar en la misma dirección. El intelecto está entusiasmado por las ideas que se le presentan, pero el corazón, que también quiere satisfacerse, elige los placeres olvidando por completo las decisiones del intelecto. En cuanto a la voluntad, obedece a veces a uno, a veces a otro, o bien abandonada a sí misma, hace lo que quiere... Para poner fin a estos desórdenes, el hombre debe crearse un ideal divino, amarlo y alimentarlo, hasta que tome posesión de él, se encarne en él y forme una unidad con él."

No hay comentarios:

Publicar un comentario